24 de agosto de 2010

COMODO PARA LEER




Encuentro en la casita donde paso estos dias de descanso, este sillón vestido de azul, destartalado en un brazo ... con la pintura raída ... pero con un hueco evocador de otras espaldas en él apoyadas.
Rechazada la idea primera de deshacerme del viejo sillón, me pregunto si es cómodo para leer: sería suficiente para salvarle la vida.

NUEVO AMIGO VIEJO




Apareció frente a mi: leía mientras yo le hacía la foto. El sostendrá que no fue así: "yo llegué primero, bastante antes que tu, mocosa". Me contó que solo leía en bancos verdes porque en ellos las palomas no le molestan. No pude disculparme mejor que regalándole la foto. Durante dos o tres dias volvimos a coincidir siempre en el mismo banco verde: le invito a café que compro en el puesto de enfrente y me cuenta alguna historia. Luego nos despedimos hasta el dia siguiente... Hoy, esta mañana de domingo ya no lo encontré: alguien debió decirle que mi nombre -también- es Paloma.

20 de agosto de 2010

AEROPUERTOS



No había vuelto a pisar un aeropuerto desde aquella vez, cuando bajé a los campamentos saharauis en Tindouf, en Argelia: 20 de febrero de 2010.

Fue aquella la primera ocasión en que pisaba la T4 de Barajas: me pareció bestial. Desde los mostradores de Air Argelie a la puerta de embarque se tarda 20 minutos en metro.
Casi dos horas mas tarde aterricé en el Aeropuerto Internacional Houari Boumediene de Argel.
Los vestíbulos de los aeropuertos, esos espacios abiertos tan enormes consiguen hacerme sentir perdida.

Esta sensación tan incómoda y molesta dura hasta que consigo dar con el mostrador, poner en regla mi billete eléctrónico y facturar las maletas. Luego sé que dispongo de más de media hora para recorrelo y comprar alguna revista y una botella de agua. En aquella ocasión tomé el primero de muchos tés que irian llegando durante aquelos quince dias.

Me consuelo pensando que al menos en esta ocasión en el Aeropuerto de Sevilla, los carteles no están en árabe.