
Encuentro en la casita donde paso estos dias de descanso, este sillón vestido de azul, destartalado en un brazo ... con la pintura raída ... pero con un hueco evocador de otras espaldas en él apoyadas.
Rechazada la idea primera de deshacerme del viejo sillón, me pregunto si es cómodo para leer: sería suficiente para salvarle la vida.
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